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Días grises.

Lo está pasando mal, no tiene ganas de nada, alguien importante se ha ido para siempre. Han sido días duros, días grises, nada en color en el horizonte, nada azul.
Se siente sólo, se siente acompañado, hay mezcla de sentimientos, pero nada le consuela. Es tan difícil superar un momento así. Por fin se decide, escribe ese mensaje, le cuenta lo sucedido a ella.

Ella lee el mensaje, ella comprende el por qué de la ausencia de noticias. Una punzada se clava en su corazón. Qué decir en un momento así, cuesta, no es fácil. Por fin lo decide, teclea las palabras exactas, las que le brotan suavemente de su mente, sin pensar demasiado, lo que fluye de sus sentimientos. Adjunta un regalo a esa carta y piensa, seguro que le gustará.

Él descubre la sorpresa, se siente mejor, no lleva contenida la solución dentro, no hay solución para lo sucedido, pero aquella pequeña sorpresa calma con delicadeza la herida. No hace falta mucho más. Gracias piensa en silencio mientras una sonrisa azul se vuelve a dibujar ante sus ojos.

Comentarios

Mae ha dicho que…
uff...
no estoy yo para post de este tipo.
Muy bonito, pero no se yo si tod@s reaccionarían así, verdad?
Besos.

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