Hace pocos días leía que una madre blogger a la que sigo escribía cuánto disfrutaba de los dos años y medio de sus niños. Tiene tres y ahora con su tercera hija se da cuenta que es su época favorita. Yo discrepo y me quedo con los tres añitos, aunque también es verdad que cada niño evoluciona distinto. Será porque en el caso de mi hijo los dos fueron no terribles pero si complicados. Y desde que pasamos la barrera de los tres en junio mi retoño ha dado un giro de 360º espectacular, para bien claro.
Además en una breve conversación el otro día con su tutora al salir del cole me dijo lo contenta que estaba de mi niño, lo bien que le veía en su proceso de adaptación, que era muy bueno y se le veía con buen fondo y lo mejor de todo, que estaba muy atento en clase y que aprendía muy rápido. Y claro millones de babas me cayeron de la boca como imaginaréis.
Pero a lo que vamos. En lo que la comida y el sueño se refiere, con sus altos y bajos, no he tenido grandes problemas, quienes me leéis desde hace tiempo lo sabréis. También he de decir que siempre he sido un poco laxa con el tema y no he querido agobiarle. Si comía mucho le dejaba y si no quería comer pues no le atosigaba para que comiera. Compensaba unos días con otros. Yo misma no todos los días como igual. Hay días que me comería una vaca entera y otros que pasaría con una ensalada. Mi hijo puede pasarse un día tragando como un oso y otros días hacer dieta light de pajarillo y no pasa nada, crece fuerte y sano como un roble.
Con el sueño cuando los despertares nocturnos aumentaron que fue pasado el año de edad (los primeros doce meses fueron una balsa de aceite, he de reconocerlo) lo primero que hicimos fue olvidarnos de la cuna y meterlo en nuestra cama, pero después y coincidiendo con la mudanza al nuevo piso le compramos una cama grande y ya he contado en varias ocasiones que nos instalamos unos días su padre otros yo en la cama baja de su nido a dormir, y a descansar se ha dicho. Ahora ya con los tres añitos afianzados y quitando días puntuales casi ninguna noche se despierta y duerme de tirón en su amplia cama de 90 cm y sin la necesidad de que papi y yo durmamos abajo. Si algún día por circunstancias ha dormido entre su padre y yo, por ejemplo hace un par de semanas en casa de unos amigos en Barcelona, se cabrea un montón porque quiere su espacio y no soporta dormir tipo sandwich, entre rebanada y rebanada. En cambio el finde en el pueblo por ejemplo duerme conmigo en mi cama de matrimonio y mi marido en la de mi hijo porque papi madruga para ir a la montaña de excursión en moto y así nosotros alargamos el sueño más rato por la mañana. Para él es una fiesta, celebramos que estamos el finde en nuestro pueblo y de "vacaciones".
Además al empezar en el colegio y estar tan cansado se duerme muy pronto, la mayoría de las noches entre las 20.30 y las 21 ya está en el sobre.
Pero en lo que realmente he notado un avance importante es en la comunicación, el lenguaje se ha tornado en los últimos tiempos muy fluido y como ahora es más sencillo entendernos las rabietas y los churros imposibles han disminuido mucho. Los hay claro está a veces sucede. Pero no con la frecuencia del curso pasado ni mucho menos.
Respecto al control de esfínteres seguimos igual que siempre, con el pipí genial, con la caca imposible, ahora para luchar contra el estreñimiento que le causaba tanta retención le doy leche con fibra y hace caca casi a diario, pero en el pañal, en el wc no quiere de ninguna manera. Y mira que le he dicho que este año vamos a darle los pañales a los Reyes a cambio de regalos pero ni con esas. Me mira muy digno y me dice que no quiere regalos que ya se los comprara su papi. Y cuando le digo que papi no tiene dinero para comprar regalos tan bonitos como los que traen los Reyes o Papa Noel me dice que no le importa. Aiss la madre!!!
En fin resumiendo para los padres recientes que no ven la hora de que sus hijos dejen de despertarse tantas veces por la noche, para los que lidiáis ahora con los terribles dos y sus terribles enfados, para todos los que no veis la luz al final del túnel del sueño y el cansancio os anuncio: otro día a día es posible, me ha costado pero doy fe y toco madera para que siga así!!!
Además en una breve conversación el otro día con su tutora al salir del cole me dijo lo contenta que estaba de mi niño, lo bien que le veía en su proceso de adaptación, que era muy bueno y se le veía con buen fondo y lo mejor de todo, que estaba muy atento en clase y que aprendía muy rápido. Y claro millones de babas me cayeron de la boca como imaginaréis.
Pero a lo que vamos. En lo que la comida y el sueño se refiere, con sus altos y bajos, no he tenido grandes problemas, quienes me leéis desde hace tiempo lo sabréis. También he de decir que siempre he sido un poco laxa con el tema y no he querido agobiarle. Si comía mucho le dejaba y si no quería comer pues no le atosigaba para que comiera. Compensaba unos días con otros. Yo misma no todos los días como igual. Hay días que me comería una vaca entera y otros que pasaría con una ensalada. Mi hijo puede pasarse un día tragando como un oso y otros días hacer dieta light de pajarillo y no pasa nada, crece fuerte y sano como un roble.
Con el sueño cuando los despertares nocturnos aumentaron que fue pasado el año de edad (los primeros doce meses fueron una balsa de aceite, he de reconocerlo) lo primero que hicimos fue olvidarnos de la cuna y meterlo en nuestra cama, pero después y coincidiendo con la mudanza al nuevo piso le compramos una cama grande y ya he contado en varias ocasiones que nos instalamos unos días su padre otros yo en la cama baja de su nido a dormir, y a descansar se ha dicho. Ahora ya con los tres añitos afianzados y quitando días puntuales casi ninguna noche se despierta y duerme de tirón en su amplia cama de 90 cm y sin la necesidad de que papi y yo durmamos abajo. Si algún día por circunstancias ha dormido entre su padre y yo, por ejemplo hace un par de semanas en casa de unos amigos en Barcelona, se cabrea un montón porque quiere su espacio y no soporta dormir tipo sandwich, entre rebanada y rebanada. En cambio el finde en el pueblo por ejemplo duerme conmigo en mi cama de matrimonio y mi marido en la de mi hijo porque papi madruga para ir a la montaña de excursión en moto y así nosotros alargamos el sueño más rato por la mañana. Para él es una fiesta, celebramos que estamos el finde en nuestro pueblo y de "vacaciones".
Además al empezar en el colegio y estar tan cansado se duerme muy pronto, la mayoría de las noches entre las 20.30 y las 21 ya está en el sobre.
Pero en lo que realmente he notado un avance importante es en la comunicación, el lenguaje se ha tornado en los últimos tiempos muy fluido y como ahora es más sencillo entendernos las rabietas y los churros imposibles han disminuido mucho. Los hay claro está a veces sucede. Pero no con la frecuencia del curso pasado ni mucho menos.
Respecto al control de esfínteres seguimos igual que siempre, con el pipí genial, con la caca imposible, ahora para luchar contra el estreñimiento que le causaba tanta retención le doy leche con fibra y hace caca casi a diario, pero en el pañal, en el wc no quiere de ninguna manera. Y mira que le he dicho que este año vamos a darle los pañales a los Reyes a cambio de regalos pero ni con esas. Me mira muy digno y me dice que no quiere regalos que ya se los comprara su papi. Y cuando le digo que papi no tiene dinero para comprar regalos tan bonitos como los que traen los Reyes o Papa Noel me dice que no le importa. Aiss la madre!!!
En fin resumiendo para los padres recientes que no ven la hora de que sus hijos dejen de despertarse tantas veces por la noche, para los que lidiáis ahora con los terribles dos y sus terribles enfados, para todos los que no veis la luz al final del túnel del sueño y el cansancio os anuncio: otro día a día es posible, me ha costado pero doy fe y toco madera para que siga así!!!
Comentarios
Yo espero ver pronto la luz, jajajaja porque los terribles dos años son muy terribles ;-)
Por cierto! Me ha encantado lo de entregar los pañales a los Reyes a cambio de juguetes ;-)
Qué tal esas velas que sopló Berta?