Mi mayor es de gustos especiales a la hora de comer. Pasó de comer más o menos de todo a empezar a quejarse de casi todo. Y llegó un momento en que habría vivido de arroz, pasta y patatas. Dieta rica en carbohidratos pero pobre en todo lo demás.
Yo que no soy de agobiarme con este tema porque mi hijo está sano, guapo y lozanísimo, intenté enfocar el asunto introduciéndole alimentos poco a poco de nuevo pero con un aspecto más interesante.
Así por ejemplo aunque se niega a comer huevo duro, sí se toma las tortillas a gusto, así que la francesa, la de patata o últimamente la de calabacin (pelado simulando que es patata) se las mete en el buche de maravilla.
Lo mismo pasa con el atún, se lo come en los macarrones o en bocata, pero se lo retira en cualquier ensalada, incluso se niega a probar las empanadillas de atún y eso que a mí me quedan siempre de muerte.
Con el tema de las empanadillas he jugado mucho, al no gustarle las de atún empecé a hacer unas de espinacas y queso crema que sí se las comía bien y oye así de pasó conseguí que comiese esa verdura que se negaba a comer de cualquier otro modo. Las hago siempre al horno pintadas con huevo batido y así no son tan aceitosas.
Pero un día se empeñó el mozalbete en que se las hiciera de jamón y queso, lo intenté varias veces pero siempre me quedaban muy secas y poco apetecibles. Estuve dándole vueltas y al final se me ocurrió un invento que probé con un resultado muy exitoso todo sea dicho. Y aunque no tengo foto si quiero compartir el truco por si alguien se anima a hacerlo.
INGREDIENTES:
- 100 gramos de jamón de pavo.
- 100 gramos de queso rallado tipo mezcla para gratinar o pizzas.
- Una nuez de mantequilla.
- Una cucharada sopera de harina de trigo.
- Leche.
- Sal.
- Obleas para empanadillas (personalmente sostengo que las de La Cocinera son las mejores).
- 1 huevo batido.
PREPARACIÓN:
En un cazo pongo la nuez de mantequilla y le añado la cucharada de harina de trigo al tiempo que empiezo a remover enérgicamente para elaborar una bechamel. Cuando la harina se tuesta se añade la leche a chorritos poco a poco para que la salsa adquiera consistencia. Yo suelo bajar el fuego y hacerla tranquilamente vigilando que no se formen grumos. Cuando la salsa tiene una consistencia pastosa le pongo una pizca de sal y le añado el jamón de pavo cortado a taquitos pequeños y la mezcla de quesos y remuevo lentamente para que se funda todo. Apago el fuego y reservo.
Procedo a rellenar con esta bechamel especial ayudándome de una cucharilla las obleas de empanadilla y las cierro con un tenedor. Pinto las obleas con el huevo batido. Y horneo las empanadillas unos 10 minutos a 200º.
Quedan espectaculares y cremosas. Anoche las acompañamos de una ensalada de pepino y tomate y es una cena deliciosa.
Yo que no soy de agobiarme con este tema porque mi hijo está sano, guapo y lozanísimo, intenté enfocar el asunto introduciéndole alimentos poco a poco de nuevo pero con un aspecto más interesante.
Así por ejemplo aunque se niega a comer huevo duro, sí se toma las tortillas a gusto, así que la francesa, la de patata o últimamente la de calabacin (pelado simulando que es patata) se las mete en el buche de maravilla.
Lo mismo pasa con el atún, se lo come en los macarrones o en bocata, pero se lo retira en cualquier ensalada, incluso se niega a probar las empanadillas de atún y eso que a mí me quedan siempre de muerte.
Con el tema de las empanadillas he jugado mucho, al no gustarle las de atún empecé a hacer unas de espinacas y queso crema que sí se las comía bien y oye así de pasó conseguí que comiese esa verdura que se negaba a comer de cualquier otro modo. Las hago siempre al horno pintadas con huevo batido y así no son tan aceitosas.
Pero un día se empeñó el mozalbete en que se las hiciera de jamón y queso, lo intenté varias veces pero siempre me quedaban muy secas y poco apetecibles. Estuve dándole vueltas y al final se me ocurrió un invento que probé con un resultado muy exitoso todo sea dicho. Y aunque no tengo foto si quiero compartir el truco por si alguien se anima a hacerlo.
INGREDIENTES:
- 100 gramos de jamón de pavo.
- 100 gramos de queso rallado tipo mezcla para gratinar o pizzas.
- Una nuez de mantequilla.
- Una cucharada sopera de harina de trigo.
- Leche.
- Sal.
- Obleas para empanadillas (personalmente sostengo que las de La Cocinera son las mejores).
- 1 huevo batido.
PREPARACIÓN:
En un cazo pongo la nuez de mantequilla y le añado la cucharada de harina de trigo al tiempo que empiezo a remover enérgicamente para elaborar una bechamel. Cuando la harina se tuesta se añade la leche a chorritos poco a poco para que la salsa adquiera consistencia. Yo suelo bajar el fuego y hacerla tranquilamente vigilando que no se formen grumos. Cuando la salsa tiene una consistencia pastosa le pongo una pizca de sal y le añado el jamón de pavo cortado a taquitos pequeños y la mezcla de quesos y remuevo lentamente para que se funda todo. Apago el fuego y reservo.
Procedo a rellenar con esta bechamel especial ayudándome de una cucharilla las obleas de empanadilla y las cierro con un tenedor. Pinto las obleas con el huevo batido. Y horneo las empanadillas unos 10 minutos a 200º.
Quedan espectaculares y cremosas. Anoche las acompañamos de una ensalada de pepino y tomate y es una cena deliciosa.
Comentarios
Yo también soy fan de La Cocinera.